Soy Pía, y los videojuegos cambiaron mi vida desde la primera vez que sostuve un control de PlayStation 2. Tenía ocho años, y aunque en ese momento no lo sabía, ese instante marcaría el inicio de un camino que aún sigo recorriendo.
Crecí con los videojuegos como refugio. Mientras otros chicos esperaban ansiosos el recreo, yo sentía que no encajaba del todo. No siempre era fácil integrarme, ya fuera por mi discapacidad, por timidez o simplemente porque no encontraba intereses en común con los demás. Pero cuando prendía la computadora, todo eso no existía. En los juegos no había diferencias. No importaba si no podía ver; podía sentir, escuchar y ser parte de un mundo donde me sentía libre.
Pero no siempre fue fácil. Muchas veces quise jugar títulos que todos comentaban y me encontré con menús inaccesibles, mecánicas imposibles de entender sin señales auditivas, o sistemas de navegación diseñados solo para quienes pueden ver. Y ahí entendí algo: El problema no era que yo no pudiera jugar, sino que los juegos no estaban diseñados para incluirme.
Hoy, como Tester de accesibilidad y apasionada por este tema, sigo luchando por un futuro en el que nadie se quede afuera. No hablo solo de mí, sino de millones de personas en el mundo que quieren jugar sin barreras, que sueñan con sumergirse en historias épicas, competir, explorar y emocionarse, como cualquier otro jugador.
Un juego accesible es aquel en el que las diferencias entre jugadores con y sin discapacidad se reducen al mínimo. Es un juego donde una persona ciega, una persona sorda o alguien con movilidad reducida puede disfrutar la experiencia sin sentirse en desventaja.
Pero para lograrlo, primero hay que empatizar.
Cerrá los ojos por un momento. Imaginá que salís a la calle. No ves, pero percibís el viento soplando entre los edificios, el sonido de una bicicleta pasando cerca, el ladrido de un perro, el frenazo de un autobús en la distancia. Ahora, imaginá que entrás a un mundo digital sin esas referencias auditivas, donde todo está diseñado para quien ve y solo podés intuir lo que ocurre.
O imaginá que intentás jugar con una sola mano. Que bajás todo el volumen y dependés únicamente de subtítulos. Que tenés que entender una historia sin poder ver el lenguaje corporal de los personajes. Así es como muchas personas experimentan los videojuegos cuando no están diseñados con accesibilidad en mente.
No basta con añadir un par de opciones en el menú. La accesibilidad en los videojuegos requiere soluciones inmersivas, creativas e innovadoras. Y sobre todo, requiere trabajar en conjunto con jugadores con discapacidad. No se puede asumir que un daltónico podrá diferenciar a los enemigos solo porque el mapa tiene más colores. No se puede pensar que un jugador ciego podrá navegar si los menús no tienen asistencia sonora.
Te comparto algunos elementos clave:
1. Dejá que el jugador tenga el absoluto control de su jugabilidad.
2. Controles adaptativos:
3. Añade características que mejoren los elementos visuales: tamaño de letra, alto contraste, cambiar colores indicadores.
4. Agrega opciones auditivas:
Es fundamental además de incluir características de accesibilidad en la jugabilidad, añadir un pequeño tutorial de las interacciones con ciertas funciones añadidas al activarlas. Un buen ejemplo de esto se puede apreciar en el videojuego «The last of Us» Parte I y II, así como, cuando no están bien integrados, tal es lo que ocurre con el videojuego Forza Motorsport.
«Pero cuando se hace bien, se logra algo increíble: se le abre la puerta a millones de jugadores que, como yo, quieren ser parte de esto».
Porque la accesibilidad no es un extra. Es lo que hace que un juego sea realmente accesible para todos.
Autor: Maria Pia Peña Foissac | Tester de Funcionalidad Digital.
En palabras de Maria Pía, «Soy una persona apasionada por la tecnología, la accesibilidad digital y los videojuegos. Me encanta aprender y enfrentar nuevos desafíos, siempre con una actitud curiosa y entusiasta».